El motor de un coche a lo lejos
Ahoga sus quejidos de repente
Las vacas sueñan por ahora
A la sombra de los carteles
De viejos políticos ya sin banca
A los que el abandono
Les oscureció la sonrisa
Y arrugó la piel de las caras.
A lo lejos una luz fúnebre y más acá
De poste a poste, una figura traza
Su rumbo sin retorno, como
Una bandera mustia arrastrada por el viento.
Los caranchos y los teros vigilan entre el pasto
Y los faroles dispersan otra sombra.
Por el lecho del arroyo se arrastran los suicidas
Pero sus botellas flotan descorchadas
siguiendo la corriente hacia la nada.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario