lunes, 10 de agosto de 2015

Amor (08 08 2012)



La conocí cruzando su cuerpo, bailaba en el aire con esa expresión lastimera de quienes liberan proyectos pendientes. Yo la insultaba y de mi boca brotaba el maizal. Perlas de ámbar giraban a su alrededor como satélites de un mundo apenas descubierto. El tiempo no existía en las autopistas laberínticas de mi cráneo.
Callé y quedé mirándola. Mi vida pudo haber pasado en un segundo, cada segundo en una eternidad y la besé por primera vez para siempre.
La amo, siempre la amé, nuestros hijos crecen desde su frente abierta, en mis puños cerrados. Sus labios caen sobre mí para darme un último abrazo desencajado. No habrá un momento de llanto, ni para desprender manzanas bajo la luna.
Los cristales rotos quedarán suspendidos en el aire, tintineando, y todo color será color rojo. Rojo sangre de nosotros dos unidos hasta la muerte, la muerte libre, negra y sin fin sobre el capó, sobre el capó del coche.

No hay comentarios.: