miércoles, 13 de agosto de 2008

Me avergüenzo




Se vaciaron los bosques de la ciudad ante mi primer grito y permaneciste de pie sonriendo.
Golpeaste a un niño como a un tambor por las calles. Lo arrastraste como a un ahorcado y luego me plantaste cara, sin rostro, para que las bestias se agolpen y quieran salir de mis manos.
Un perro en mi garganta te advirtió que no me mires y te burlaste de sus dientes. Llantos de niño, llanto de lo que queda de mi humanidad, paredes rotas, saliva y espuma.
Me avergüenzo de mis zarpas.
Me avergüenzo de mi sombra.
Me avergüenzo, hematófaga, de mi furia.
Me avergüenzo de los bosques, de las bestias y de los hombres.
Me avergüenzo de vos, parásito en mi espalda.

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