Osiris despertó en su camastro cuando Isis le llevó el desayuno. Leche, pan caliente y dátiles.
Horus jugaba afuera entre las flores, su madre desde la ventana lo veía y suspiraba.
Osiris se limpió las migas de la boca y contempló la mancha de humedad en forma de pez que corrompía el cielorraso.
—Mañana me subo al techo y lo arreglo.
Isis dio media vuelta con la mirada hacia el suelo.
—¿Cómo nos convertimos en esto, Ricardo?
Fuego
El fuego limpia, las brujas lo saben, y jueces cristianos como usted también. Es el celo de Dios y manifestación del Espíritu Santo, forjador de espadas, invicto vencedor de guerras. Soy un instrumento divino y, por eso, al verlos juntos los até a la cama y con bencina los he purificado, por eso.
2 comentarios:
Familia, me parece UNA LOCURA DE BUENO!!!
Besos, amigo
Opino lo mismo pero al revés!
En el próximo "Cuento de hadas" compartiré remate con uno de tus cuentitos! (homenaje involuntario)Gracias Patri!
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