Detrás de la heladera existe el más allá.
Llego dormido de tanta gente y tanta mugre, una bestia apocalíptica grita desde el centro de todas las cosas.
El portal es blanco y metálico. El conjuro es sencillo pero la desesperación hace que mis manos tiemblen y tomen todo para no quedarme con poco.
Pasta seca, trozos desmenuzados de una carcaza vieja de pollo, caldo en polvo con sabor "mediterráneo", queso parmesano y unos filetes de anchoa en aceite.
Una ofrenda pobre e inconsciente pero unos pases perfectos hacen la magia.
Los ojos pesan, el cuerpo se evapora, las vertebras crujen, mi vientre recibe un golpe.
La bestia ha sido satisfecha, puedo ir a acostarme.
Llego dormido de tanta gente y tanta mugre, una bestia apocalíptica grita desde el centro de todas las cosas.
El portal es blanco y metálico. El conjuro es sencillo pero la desesperación hace que mis manos tiemblen y tomen todo para no quedarme con poco.
Pasta seca, trozos desmenuzados de una carcaza vieja de pollo, caldo en polvo con sabor "mediterráneo", queso parmesano y unos filetes de anchoa en aceite.
Una ofrenda pobre e inconsciente pero unos pases perfectos hacen la magia.
Los ojos pesan, el cuerpo se evapora, las vertebras crujen, mi vientre recibe un golpe.
La bestia ha sido satisfecha, puedo ir a acostarme.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario