domingo, 21 de agosto de 2016

Uno a cada lado

Soñábamos juntos, al dormir, uno a cada lado de la cama. Ella tejía los caminos de un reino y hacía florecer pájaros, yo sembraba castillos e invocaba bosques. La cantidad de soles y el color del cielo variaban de sueño en sueño y los faros sobre las montañas brillaban al caer la tarde cuando el horizonte se convertía en mar.
Un día sentimos un zumbido y un temblor, nos abrazamos. La tierra se convirtió en carne y la carne en un dragón. Despertamos uno a cada lado del planeta y nunca más volvimos a soñar juntos.

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