Buena suerte
-Un seis... dos seises... tres seises!
Los dos dados restantes resbalaron de la mesa y rodaron escaleras abajo. Él no se molestó en detenerlos. Uno cayó sobre el barro de Europa en el año 1302, el otro en Pearl Harbor hacia 1941.
-¡Generala!
-Un seis... dos seises... tres seises!
Los dos dados restantes resbalaron de la mesa y rodaron escaleras abajo. Él no se molestó en detenerlos. Uno cayó sobre el barro de Europa en el año 1302, el otro en Pearl Harbor hacia 1941.
-¡Generala!
Los bosques sin lobos, son como catedrales sin dioses.
¿Cómo podemos amar a Dios, si cada vez que lo vemos lo
aturdimos, lo cortamos y lo comemos?
Dios hará caso real a nuestras plegarias, el día en que la
cigarra nos rece en nuestro idioma.
Un milagro debería ser para Dios, como es un trozo de pan arrojado
las palomas. Algo ordinario, pero que todos esperan y reciben con
desesperación.
Pronosticar el fin del mundo, predecir el final del día y
venderlo como libro. Lo peor es que algunos quieren que sea de noche para
decir: “Yo te lo dije”.
2 comentarios:
Dioses de andar por casa que me gustan más que los que reciben con cita previa.
Me quedo con ese lapidario "Ya te lo dije".
Un abrazo
Todos consumimos el "YO TE LO DIJE", de una manera u otra! Gracias Paloma!
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