Snuff
Le susurré que quería jugar. Até a la columna su brazo y le quebré la pierna para que renuncie a la esperanza de huir corriendo.
Comencé arrancándole casi todos los dientes con la tenaza, luego le dibujé una sonrisa rasgándole la comisura mientras rogaba, y eso me hacía reír, siempre se pareció a un payaso triste.
Le quité las uñas con pinza. Un dolor muy refinado.
Llevaba la mano ensangrentada a la cara, temblando, tuve que despegársela para poder aplicar el anzuelo al ojo. Nunca me gustó su visión del mundo y no tardé en extirpársela.
Se estaba resignando, aunque seguía con sus muecas, entonces le hice disfrutar de unos pequeños tajos de bisturí, quitando algo de su piel en lonchas. Ahora sí podía llamarse "roja". Seguí riéndome a carcajadas pero ella no respondió, se había acostumbrado al dolor.
Después de escribir estas palabras apuñalaré su corazón. Mi parte izquierda ya no sirve para nada. ¡La derecha manda!
Comencé arrancándole casi todos los dientes con la tenaza, luego le dibujé una sonrisa rasgándole la comisura mientras rogaba, y eso me hacía reír, siempre se pareció a un payaso triste.
Le quité las uñas con pinza. Un dolor muy refinado.
Llevaba la mano ensangrentada a la cara, temblando, tuve que despegársela para poder aplicar el anzuelo al ojo. Nunca me gustó su visión del mundo y no tardé en extirpársela.
Se estaba resignando, aunque seguía con sus muecas, entonces le hice disfrutar de unos pequeños tajos de bisturí, quitando algo de su piel en lonchas. Ahora sí podía llamarse "roja". Seguí riéndome a carcajadas pero ella no respondió, se había acostumbrado al dolor.
Después de escribir estas palabras apuñalaré su corazón. Mi parte izquierda ya no sirve para nada. ¡La derecha manda!
(Artgerust)
Imágen: Snuff102
El espejo
Anoche, después de cenar con mi familia,
bajé al sótano para elegir un vino de la bodega. Allí guardamos el
espejo de cuerpo entero que mi esposa tanto odia, y frente a él me
arreglé la corbata. Pensando quedé, como si no entendiera el por qué de
tanta alegría, del éxito que me acompaña a todos lados. ¡No pude haber
tenido mejor recompensa!
Sonreí, pero mi reflejo no movió la boca, en cambio, veloz tomó mi corbata y comenzó a ahorcarme entre risas, mientras que el mundo se ensombrecía más y más con cada espasmo, hasta sofocarse en el gemido gutural de mi propia muerte.
Lo dejé caer soltando su corbata, mi venganza estaba en marcha después de tanto sufrimiento.
Me desabroché la camisa. Sonreí. Tomé un tinto al azar, cambié de mano el anillo de bodas y me quité la corbata mientras subía a la cocina.
Sonreí, pero mi reflejo no movió la boca, en cambio, veloz tomó mi corbata y comenzó a ahorcarme entre risas, mientras que el mundo se ensombrecía más y más con cada espasmo, hasta sofocarse en el gemido gutural de mi propia muerte.
Lo dejé caer soltando su corbata, mi venganza estaba en marcha después de tanto sufrimiento.
Me desabroché la camisa. Sonreí. Tomé un tinto al azar, cambié de mano el anillo de bodas y me quité la corbata mientras subía a la cocina.
Luego,
botella en mano, preparé la sangría.
(Artgerust)
2 comentarios:
Buena la transmutación Leo. Me gusta como manejaste las palabras.
Gracias Nedda!!
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