SARDINAS
Saqué una latita de sardinas y se la ofrecí. Casi me arrancó la mano con su hocico cuando se engulló la lata. Escupió las sardinas y pidió más.Pronto me encontré dándole cucharas, cuchillos y tenedores, luego cacerolas, electrodomésticos, el coche, la veleta con forma de gallo, la placa con mi nombre y mi profesión. Hasta las monedas de mis bolsillos se tragó. Y cuando ya no tenía con que más satisfacerle, me pidió sardinas, pero miró a los niños.
3 comentarios:
Enhorabuena!! Un premio siempre sabe bien, incluso cuando se trate de sardinas de lata, saben a manjar!!!
Saludos.
BRAVÍSIMO!!!!!
Y tan merecido que es un gusto, una lindura. Me roba una sonrisa
Amables por demás, las dos damas. Abrazo y muchas gracias!
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