miércoles, 16 de febrero de 2011


Casco

Todo el mundo sabía que era una mujer bala. Por no perder tiempo, bajaba de la moto y se dejaba el casco puesto. Trabajaba por la mañana de mensajera. Mediodía al polígono de tiro. De tarde cuidar hijos ajenos. Entonces la ducha rápida. Crepúsculo paseando perros. Noche sexual. Dormir.
Los ladrillos de la jornada caían sobre ella luego de chocar con la luna.
Un día olvidó el casco en su casa.

No hay comentarios.: