
Esta noche he decidido suicidarme con tu lengua. Harto de morir todos los días, como piedra dejada en el camino, te gané la iniciativa.
Dicen que si uno se quita la vida va al Infierno… La canción efímera de los meses es un mantra que teje telarañas en el techo. Aún tengo las alianzas que me comprometieron con mi estupidez, un anillo que me hace crecer garras, y un colgante, al que tu alterego dotó de perfume y magia protectora.
La noche infinita nos cubre a los dos con una sola mano y la palma de mi mano da su campanada final sobre la mesa.
¡Se acabó!
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